domingo, 23 de enero de 2011

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Luego de pasar esa tarde entera con ella y tras haber conseguido solo un único pero sacro beso decidí cauterizar mis labios. Si, me queme apropósito con la intensión de acabar con la tentación. Sabia que ella y yo jamas volveríamos a unir ni untar nuestros labios, por eso flagele esa carnosa y libidinosa parte de mi para no volver a besar.

Si no era ella, no quería besar a nadie mas.

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